top of page

¿Cómo hice para que Starbucks me pagara un viaje?


Lo primero que tienen que saber es que Starbucks no me dio un solo peso para que yo pudiera viajar. Al contrario, yo dejé de darle mi dinero para tener experiencias en lugar de un café en mano.

Se preguntarán ¿quién compra un Starbucks todos los días? Y, posiblemente su respuesta sea: Solo los ricos hacen eso. Pues, debo decirles que no. Con mi pequeño sueldo, me privaba de cosas para poder ‘disfrutar de un café diario’ para activar mi día. Ya más una costumbre que un gusto.

No me había dado cuenta de cuánto gasto era, pues siempre hacía mis cuentas a corto plazo. -Qué son 40 pesos diarios. Me los gasto en cualquier otra cosa.- Debo decirles que estaba muy equivocado. Cuando hice la cuenta total, me sorprendí de una manera que nunca imaginé.

Después de ver esto, investigué un poco y encontré que a esto se le llama: Gasto hormiga. ¿Quién iba a imaginar que esto existía?

Había sido un golpe muy duro a mi bolsillo, pero más duro para orgullo. Le estaba dando el sueldo de más de un mes a una empresa por venderme una simple taza de café. Y lo peor del caso, estaba trabajando tanto y parte de ese trabajo se estaba yendo en comprarme un café.

Había estado acostumbrado a querer ahorrar en tres-cuatro meses. Y como mi sueldo no me alcanzaba para ahorrar, pues las vacaciones no eran una opción para mi.

Me di cuenta que los años pasan rápido, y con ellos se nos va la vida. Pero así como pasan los años, así podemos aprovecharlos. Tener ahorros a largo plazo son una muy buena idea.

Estaba acostumbrado a ahorrar mi dinero a la antigüita, con un ‘cochinito’ en mi sala, para ir guardando cada centavo que se me quedaba en el pantalón, pero siempre terminaba rompiéndolo antes de tiempo o usando ese dinero para otras cosas. Al final no cumplía con el objetivo que me había propuesto.

Era desilusionante. Recordé por qué había dejado de ahorrar. Y llegué a creer que ahorrar no era lo mío. Una vez más estaba equivocado. Simplemente no lo estaba haciendo de la manera correcta.

Por supuesto que a veces necesitamos a ayuda para lograrlo. Tuve que recurrir a la tecnología y a obligarme a hacerlo. Y tuve que administrar mis gastos de manera digital a través de mi teléfono. Como me gustaría que en ese momento hubiera existido Flink.

Debo decirles que el año pasó como si hubiera sido una semana. Cuando me había dado cuenta, ya estaba arriba del avión, viendo por la ventana y con el corazón palpitando fuertemente. Lo que para mi (por todas las trabas que la vida me había puesto) parecía imposible, lo estaba logrando. ¿Valió la pena? totalmente. Cada segundo de esta travesía. Que si bien, pude haber consumido un café de manera diaria durante un año, el sabor que me deja este viaje ha sido más fuerte que cualquier café espresso que Starbucks me pudo haber dado.

Comprar gustos innecesarios una vez está bien. Dos veces, tal vez. Pero con más de tres, ya debes considerar guardar ese dinero y gastarlo en algo que te deje algo más allá que lo material. Gástalo en experiencias de vida. Mi consejo es: Toma tu mochila y viaja. Llena tu cabeza de recuerdos, en lugar de un vaso lleno de café.


Hoy en día existen muchísimas apps para invertir que seguramente además de ahorrar te ayudarán a hacer crecer tu dinero.

Post recientes
bottom of page